En un esfuerzo por comprometer a los jóvenes como miembros colaboradores de la campaña del Distrito para terminar con la epidemia del VIH, se organizaron distintos grupos de discusión con jóvenes y proveedores de jóvenes. HAHSTA trabajó con su Comité Asesor para la Juventud (Youth Advisory Board) para organizar un evento para 100 jóvenes aproximadamente. En nuestra conversación con los proveedores participaron alrededor de 10 personas.
Ambos grupos señalaron que los jóvenes tienen una baja percepción de su susceptibilidad al VIH. Los jóvenes interpretaron que la ausencia de mensajes de prevención del VIH dirigidos a ellos era una prueba de que la epidemia de VIH no los afectaba. Una mayor conciencia de la clamidia y la gonorrea convirtieron a estas infecciones en el foco dominante de comportamientos de prevención y pruebas entre los jóvenes, lo que disminuyó el uso de las pruebas del VIH, la PrEP y la PEP. Los efectos del trauma en la salud mental y conductual se analizó como otra posible barrera para el acceso a los servicios de salud sexual. La asistencia especializada para traumas se considera fundamental para garantizar que los jóvenes no solo se sientan cómodos al acceder a los servicios, sino que también se sientan escuchados durante las interacciones con los proveedores de manera tal que puedan tener conversaciones honestas y exhaustivas sobre su salud sexual. La falta de conocimiento y comprensión de la Ley de Consentimiento para la Salud del Menor (Minor Health Consent Law) entre jóvenes y proveedores de la juventud también se analizó como una barrera frente a la asistencia, lo que respaldó aún más la necesidad de mayor conocimiento y concientización de todos los aspectos de la salud sexual de los jóvenes y los esfuerzos de prevención.
Los jóvenes demuestran resiliencia al adaptarse a los cambios y desafíos. Siguen comprometidos con sus comunidades y grupos sociales, y consideran estas relaciones una parte esencial de su crecimiento y desarrollo.
Las experiencias de los jóvenes son válidas y valiosas y se deben incluir en las conversaciones sobre los esfuerzos de prevención. La autonomía y la influencia de los jóvenes se debe considerar un componente esencial del desarrollo de estrategias que los involucren como asesores y responsables en la toma de decisiones.